El mantenimiento de infraestructuras industriales es una tarea continua que busca preservar el rendimiento óptimo de los equipos y minimizar los tiempos de inactividad no planificados. Este enfoque abarca tanto acciones preventivas, destinadas a evitar fallas mediante inspecciones regulares y ajustes, como correctivas, que se implementan una vez que se detecta una falla. Las actividades preventivas incluyen lubricación, limpieza y pruebas de funcionamiento, mientras que las correctivas se centran en reparar equipos averiados para restaurar la producción normal lo más rápido posible.
Ambos aspectos son esenciales para garantizar la continuidad operativa y maximizar la vida útil de las infraestructuras industriales.